¡¿Deshonra o muerte?!

Esta pregunta dice mucho más de lo que esconde; vemos que los conceptos que se ponen en balanza (deshonra y muerte), no son explícitamente relativos, aunque a lo largo de la historia, y más aún en los principios de la historia de la filosofía, han hecho eco y han perturbado más de una mente.

Ya nos ha contado Platón en su apología, el pasaje de los últimos tiempos de Sócrates, un gran, para algunos el más grande, filósofo de la historia.

Es así que nos propondremos llegar hasta ese cuestionamiento que nos hará elegir, entre -la muerte o la deshonra-.

Podríamos caer en el relativismo al buscar enjuiciar la actitud humana frente a la muerte, pero teniendo ciertas nociones críticas, sobre la ética, la moral, y ante todo, sobre lo bueno, como bueno en sí, deberíamos seguir ciertos patrones al momento de concluir las premisas y analizarlo desde un punto de vista imparcial, incluso, por encima de nuestra conveniencia. Esto, claro, de querer seguir la línea de lo justo.
Lo que nos propone esta pregunta, es pensar que si no es la muerte, es la deshonra y no más, cayendo en una dicotomía que desde una postura de bonhomía, debería tomarse solo como opción, la muerte; Así como Parménides habría seguido el camino del ser en su poema.

Tal cual en la apología de Sócrates, de Platón,  como en la vida real, uno puede apreciar que ciertas personas y personajes viven de manera más honrosa que otras. Esto se debe a que tenemos cierta noción conciente de lo que es bueno, o quizá de saber qué es lo malo y actuar por el contrario; no obstante, bajo la influencia mundana de los vicios y las vicisitudes, más de una persona se desprende de sus principios y de su moral, para arrojarse a los brazos de la hipocresía, cayendo en contradicciones consigo mismo, cosa que, claramente hace, que perdamos credibilidad y respeto frente al resto de la gente  y no solo eso, sino que podría, muy probablemente, atentar contra los derechos y la moral de otras personas.
Estos actos, deshonrosos son peores que la muerte, incluso frente a acusaciones de este tipo de gente, la que deshonra, uno se siente culpable, claro, si es que a uno lo acusan de lo que es.

Es decir, de lo que uno hace, cómo a Sócrates, que fue acusado de manera injuriosa por ser como era, ya que tergiversando los hechos alegaban a que fuese sentenciado por corromper a los jóvenes, por lo que él decía. Mientras que Sócrates respondía con altura a preguntas como: “¿No te arrepientes, Sócrates, de haberte dedicado a una ocupación por la que ahora tal vez debas morir?”, otros temían por su respuesta.

Sócrates no consideraba el riesgo de vivir o morir, sino el análisis al obrar, de hacer cosas justas o injustas; lo que ya deslumbraría con el porvenir de esta pregunta.

Claramente explícito está, que uno no debe atenerse más que a la deshonra, es decir, al mal actuar, a lo indebido, a lo indigno; y no recaer con calumnias sobre uno mismo, siendo incluso, inconsecuente con su propia sabiduría.

No basta incluso con adquirir conocimientos, si no se utilizan de la forma más sabia posible. Ya se han visto muchos inquisidores faltos de la virtuosa humildad, cosa que siempre denota, como en cualquier otra persona, una expresión incompleta e impura del ser, vasta en problemas superfluos de caracteres mucho más estéticos, que éticos, o comprensivos, algo que sin duda, bifurca más la comunicación, sectorizándola en canales que cíclicamente se vician en un vaivén  de perfecta imperfección.

Como diría Carlos Alberto Solari “Dios es todo y no puede progresar”.  Cuando uno se cree dios, se exime a sí mismo del Nous, del progreso y de la evolución, del tipo que sea. Cuando uno vive solo para si mismo, y para lo suyo, comienza a depender tanto de todo, que se pierde vagamente en la deshonra silenciosa, como viciado de los humos de un falso progreso, mintiéndose a sí mismo, temiendo la llegada de la muerte, pero irónicamente, sintiéndose como si fuera el motor inmóvil Para Aristóteles.
 

A mi amiga que la extraño…

-Nos pienso caminando bajo un gran cielo estrellado, contemplando nuestra pequeña sencillez. Luego, a mediados de la charla, prendemos uno como para remontar aún más los sueños, seguimos a paso tranquilo, conversando de cómo nos sentimos. Ella me cuenta de su gran viaje, por el cual aún transita, yo le hablo de mis torbellinos de ansiedad, en los cuales aún sigo girando, y caminamos, con la luna como testigo de esta grata amistad.
Entre un poco de esto, y otro poco de aquello, recordamos viejos momentos, felices, y no tantos, pero los recordamos, porque son nuestra historia, y también de ellos estamos hechos, de esas personas, de esos comienzos, de esas risas, y esos llantos…
Nada rompe con la calma, el verde de los árboles ya oscuro por la noche nos recuerda a los gigantes que nos enfrentamos, y a los que hemos vencido… nos recuerda nuestra costado quijote, y nuestro interior principito. Ella una trotamundos de los mapas, yo un viajero de letras y guitarras. Miramos las culturas cercanas, las lejanas, y las inventadas… pues a cada paso, mientras la charla, inventamos nuevas historias y nuevas formas de contarlas…
Nos pienso feliz, caminando bajo el mismo cielo, que nos asegura, que ninguna distancia es tan grande. Y es por eso, que siempre camino a su lado.

~Estaba pensando frente a un silencio complaciente.Se detuvo en la perilla de la puerta que lo llevaba rumbo a sus juicio, y dijo en voz alta como sucediendo al silencio "Aquí estoy, pues este soy"

Quizá como dando respuesta a sí mismo.

Abrió la puerta y se enfrentó. 

Al salir, ya nunca volvió a ser el mismo, su consciencia lo hacía tan libre, que nada podía liberarlo de ella. Era incluso en sus errores, coherente en pensamiento y acción. Podía cargar consigo mismo, con su historia y su proyección.

Fue desde entonces, siempre mejor.~

¿Será el terror al vacío y la soledad, o la arrogancia de creer que se puede pensar y acertar?
¿Será el cansancio de arremeter contra mi mismo, creyendo que así mejoraría, o la burla de los perdones que jamás me diré?
¿Acaso será otro acierto del escrito que empeño con total vulnerabilidad, buscando eso que no sé que es, pero no paro de sentir?
¿Será entonces, que no escucho más que lo que me puja el sentir, o será que quedo ciego entre los tamices de la inteligibilidad?
Es que no hayo respuesta, ni logro dejar de buscar. . .
Ya me lo han dicho, debo parar de pensar.  Es que me cuesta no querer hacerlo.

¿Será que se ha endurecido mi corazón?
¿Cuántas veces al día mueren todos al no ser recordados?
He notado que cuanto hablo con alguien una vez en el día, luego converso, muchas veces más. Por días. . . la primera con la persona, el ser, la energía. Las otras con mi recuerdo de ella.
¿Es por lo tanto una influencia del hado, esto que sucede y no logro ver ni comprender?
¿Y quién soy yo para preguntarlo?.

Aquello que toma consciencia , que se encuentra sintiendo , y no sólo sintiendo, sino también, razonando. Aquello que se asume  la responsabilidad como objeto del punto de vista a ejecutar, de esa, en primera instancia, opinión: <<Lo que ve>>


ALFA DE BETA es un trabajo que consta de 10 escritos correspondiente a 10 "dibujos" de mi autoría.
Es el camino al segundo paso, la transición, nuestro exódo, nosotros. Un proceso de consciencias de diferentes ópticas dentro de espectro genérico. La invitación a la reflexión en pos de una empatía con lo expuesto, atravesando como protagonistas cada uno de ellos.

Voy creciendo.
Duele.
Yo duelo.
Veo como un ojo de pez.
Soy un pescado.
Tengo más de dos ojos.
Muchas voces.
Un espíritu.
Mis falencias.
Esto duele.
Es mentira.
“Para siempre” es mentira
“Más vale tarde…” es mentira.
Es violento.
Toco y rompo.
Soy un agujero.
Agujero negro.
Vivo sufriendo.
Intenso.
Literal.
Sólo.
Sí y sólo sí.
No.
Por eso no hay espejo capaz de soportar este niño monstruo.
Nada simpatiza.
Por eso la soledad.
Sólo solo te encuentra.
Cuando te busca se asusta.
Cuando te pierde llora más.
Niño monstruo.
Desastre natural.
Revueltos de ideas.
Niño vivo en una mancha voraz.
Niño monstruo sobrevive.
Listo.
Ni muerto.
Agónico.
Lírico.
Enfermo.
Loco.
Ingenuo.
Vacío.
Niño monstruo de dónde has venido.
Niño monstruo cuál es tu destino.