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Sé, hijo mió. Por JB Félix

08.02.2013 16:24

-Viejo, ¿alguna vez quisiste cambiar el mundo?
-si, claro.
- ¿y qué hiciste?
-A vos hijo.
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-Ma, ¿Alguna vez te enojaste mucho contra alguien?
-Si, claro hijo, yo también he perdido la paciencia.
-¿Y que hiciste?
-Nada, Salí a buscarla de nuevo.
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-Tío Koy, ¿Alguna vez pensaste en que serías si fueras lo que quisieras ser?
-No, la verdad, no recuerdo ni quien era cuando quería ser alguien.
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-Tía Lo, vos, ¿Sabías que el mundo tiene las suficientes riquezas para satisfacer todas nuestras necesidades?
-Si papito, pero no todos estamos al alcance de esas riquezas. Ni siquiera tenemos una porción de tierra.
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-Tía Negra, ¿Cuándo dios se esconde muy dentro de uno, y pareciera no hacerse muy presente, uno debe sacárselo de adentro?
-No hijo, uno tiene que hacerlo carne!
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-Y yo, de grande, ¿voy a tener que responder estas preguntas o lograre construir una buena respuesta?
-Claro… serás quien quieras, y sabrás que querer. Solo debes recordar, caminar por el amor, y no solo eso, sino siempre amar. Usa tu lenguaje y comunícate, extiende tu mano, abre tus brazos y enriquécete.
No declares la guerra, si aún puedes luchar por la paz.

-Entonces… -(pucha, y como voy a hacer eso, ¿y si no me sale? Solo sé preguntar y pensar. Solo aprendí a entender cuando los vegetales saben ricos, y cuando los guisos están listos. Tampoco tengo tierra, aunque podría trabajarla. Solo intento ser bueno, no sé si sé hacer carne a dios. Y… ¿Yo me acordaré de quien quiero ser?
Quiero ser una buena persona, quiero sembrar de paz mi camino, regarle amor con lo que vivo… y cosechar, mis momentos felices. Quiero vivir en el arte de intentar y no abandonar. Quiero charlar con el mundo. Y sí, hoy voy a empezar.)-
-¿Entonces qué hijo?
-Entonces nada Pa, tengo que seguir pensando…
-Tomate tu tiempo, pero recuerda que a veces, el tiempo es un costado egoísta.
  Hay momentos donde la acción es urgente y el pensar debe ser dinámico, veloz. Donde no cabe lugar para el tiempo… solo para el corazón.

¡Llegas a tiempo! Por JB Félix

06.02.2013 03:07

-Buenos días doña. ¿Cómo está usted hoy?
-Buenos días Jesusito. Bien, gracias por preguntar; Toma,  llevo lo de todos los días.
-Bueno doña, déme. Ya le traigo… (Mientras embolsa los víveres de la ya conocida lista) y… ¿Usted nunca pensó en llevar otra cosa? No es por nada vio, pero se me ocurre que hace varios años ya la veo comprando lo mismo, como usted dice “lo te todos los días”. Mi papá dice que usted es muy clásica.
-Jajaja, ¡que simpático! Siempre tan ocurrente. Y sí, tu papá de algún modo tiene razón, soy bastante clásica. Es que me he acostumbrado a esto.
-Pero doña, en vez de llevar esas galletitas de siempre, que, disculpe usted, pero no son las mas ricas, tendría que probar estas de chocolate y dulce de leche.
-Jajajaja, nene… Pero yo ya estoy grande para comer esas cosas.
-No doña, usted está a tiempo, ¡no se las pierda!

---

-Discúlpame. ¿Tenés fuego? … ¡Che!
- ¿Eh?, sí disculpa,(mientras busca “el fuego”) colgaba con la canción… es un temón.
-¿Ah sí? ¿Qué escuchas che?
-Je, una banda que se extinguió, como los dinosaurios.
-Jajajaja, mira vos, y ¿cómo se llama? ¿Por qué decís que se extinguió como los dinosaurios?
-Porque sí, porque en el presente, de algún modo, todo tiene que ver con ellos. Se los recuerda, y hasta seguro se los estudia. Son parte de la historia. Como los dinosaurios. Son únicos y producen algo en la tierra, no son polvo nomás, son fósiles, son combustible de las nuevas eras.
-Wooo, ¡¿Qué estás escuchando?!
-Sui géneris
-Ah, nunca me detuve a escucharlos, si… son bastante viejos.
-Jajajaja, ¿viejos? ¿Qué cole te tomas?
-La 13 hasta lo último.
-Toma entonces, escucha, estás a tiempo!

---

-(No sé que voy a hacer… ¿y si llega y lo lee mientras lo estoy haciendo?
Pensá, pensá pensá… ¡¿Cómo lo logro?!… implica tanto…
Nada tiene que salir mal… total ¿qué puede pasar? No podría tener peor resultado.
Pero ¿y si justo pasa algo? ¿Si fallo? Mira si no le gusta… mira si no le interesa.
¡¿Sabes qué?! No, no, ¡NO! Algo tengo que hacer. ¿Y cómo se explica? ¿Con qué motivos? ¿Servirá pensar que es para todos…Qué no hay malas intenciones?
No, no, pensá,¡PENSÁ!
Bueno, voy a intentarlo, ¡ya está! Que sea lo mejor que pueda.
Todavía estoy a tiempo de probar la experiencia.)-
-Hola ¿Qué tal? Quería saber si aún buscan personal.
-Ahá, ¿Qué tal? Buenos días…-(Ya está, es mi oportunidad)-
-Yo no tengo experiencia laboral, y me dijeron que aquí precisaban gente, por eso me acerco. La verdad, me cuesta mucho porque yo ya soy mayor y nunca he trabajo fuera de mi casa.
-Ahá, contame… -(¿Podes creer?)-
-Soy madre de dos hijos, Jesús el mayor, y la más chiquita, Indira. Sé que a veces para las mujeres, más siendo grandes como yo, se complica conseguir empleo, con buena rentabilidad y los beneficios correspondientes, pero, debemos salir adelante.
Con el padre estamos juntos en el amor, pero por la pobreza nos hemos puesto a vivir por separado, yo con la niña, y el con el niño. Pero en el amor, hemos sembrado la fortaleza para salir adelante, sabiendo que haremos lo necesario desde el corazón para cuidar nuestro núcleo y relación… Él atiende un almacén con el niño cerca de la casa. Sé que a pesar de las distancias, nos mantiene unidos el cielo, y que las estrellas de mensajeras nos cubrirán de valor el cuerpo, porque a pesar de la edad, estamos a tiempo.
-Mira, la verdad, es sorprendente lo que me contas. Sí, acá estábamos buscando personal, a vos ¿quién te recomendó?
-Un amigo. ¿Qué, entonces, ya no buscan a una persona para la labor?
-Un amigo… bueno genial ¡llegas a tiempo!. Sí buscábamos, hasta ahora. Exactamente te estábamos buscando, ¿Cuál es tu nombre?
-Justa, Justa Libertad Minchekewün
-Bárbaro, mientras yo pongo este tema que conocí hoy (Aprendizaje), lo tuyo es terminar de entretener a quien lea, para que aprenda de tu historia y tu amor, y tu lucha y tu ejemplo, y tu fe. Para que se mire a sí mismo dentro de la historia y sepa que aún está a tiempo.

-¡Sí,tu también llegas a tiempo!

Hasta la última melodía. Por JB Félix

05.02.2013 02:04

 

Hasta la última melodía.

Por entre los bosques, los duendes vivían en una aldea tratando de mantener su equilibrio natural. Estos en su comunidad practicaban muchas labores manuales, de ingenio y artísticas, y allí todo se practicaba con amor y devoción.
Entre todos, por su propia conducta, iban tomando como referencia a ciertos seres, ciertos personajes que se ganaban su simpatía y respeto, como quien diría, los buenos duendes, a estos se los conocía por ser los “Duendía”

Entre los duendes existía una gran diversidad, agrupados en común como una especie, pero con distintos y distinguidos ejemplares, entre estos, aquellos simpáticos y amorosos duendes, también existían otros, no tan sinceros ni amistosos, que se empecinaban en timar a la masa, y sabotearlos de sí mismos para poder manipularlos.
Estos, los poco confiables, si bien eran poco confiables, también eran poco conocidos, entonces jugaban con las apariencias, enmascarando bien las primeras experiencias, para presentarse conformes y semejantes.

Mientras entre los grandes árboles se practicaban las diferentes labores de la mano de los duendes adultos, los peques, es decir, los niños duendes aprendían en talleres lo importante de la buena tarea, esta que al practicarse satisface toda necesidad, tanto de la recibir como la de cuidar y valorar, la de sentirse útiles e interdependientes.
También los ancianos de la aldea pasaban en voces las experiencias vividas tratando de tamizar algún aprendizaje certero para que los jóvenes fuertes enfrentaran el destino hambrientos de gloria y sabiduría, sabiendo que esa sería su única hambruna. Que nada faltaría para ellos y los otros. Que cabría en la hermandad el equilibrio de las especies.

Mientras tanto, “las pequeñas sabandijas”, merodeaban ponzoñosamente entre los duendes sin darse a conocer tal cual eran, agrupándose de manera capciosa para conquistar más inocentes. Así, de esta manera, al transcurrir el tiempo, comenzaron a desatinar el destino de la aldea. Encuadrando a su antojo los despojos de todo el pueblo.
Comenzaban poco a poco a convertirse en vox populi, ellos tenía el poder de las mentes.
Los buenos duendes, hasta el último entonces quisieron reaccionar, y no lo lograron, más que haciéndolo. Mientras las sabandijas desandaban la cultura de la aldea, los duendías seguían protegiendo lo que había y construyendo algo nuevo día a día. Sabiendo que todos los días alguien más en la aldea se les pondría en contra. Siendo los duendías vistos como los desviados, ya no reconocidos por los antes queridos y honrados, cada instante era más complicado, ya no abundaba bonhomía a los costados. Aún así buscaban su vieja libertad libre de pecados. Y aunque ante el cansancio y la adversidad, ante los golpes y las contrariedades, sabiendo que cada vez era más pesado, que cada momento, ya era pasado y viendo que poco a poco ellos iban muriendo por dentro, y por fuera. Los duendías siempre estaban dispuestos a bailar hasta la última melodía.

Sentido Críptico. Por JB Félix

04.02.2013 14:16

 

Es difícil a veces, ver lo justo en la mirada del hombre. Todo es tan ambiguo, tan oscuro… Así como el gran manto azul nos envuelvo llenos de misterios, así envolvemos nosotros al alma, dejando a veces que filtre un rayo de luz por nuestra mirada.
Muchas veces, morimos por gritar lo sentido, otras, morimos por callarlo. Ambas veces, morimos de igual manera. Somos nosotros, contra nosotros, nuestros secretos contra nuestro silencio. Nuestra vida, contra lo vivido, lo nuevo contra lo conocido.
Quizá sea como dijo Heráclito de Éfeso*, y esto sea un constante devenir, una constante transformación. Quizá seamos un pólemos intermitente entre nosotros mismos.
Cabe saber que siempre, de todo, en nuestro interior, quedan aforismos de la experiencia, aunque, lo bueno sería también, lograr reconocer los axiomas del exterior.
Aunque bueno, este Heráclito, un tanto misántropo, no comprendería del todo la camaradería para con el exterior.
A veces las cosas son más claras de lo que parecen, a veces solo hace falta verlas desde su justo lugar para captar en total su esencia.
Lo misterioso del misterio es que nos gusta tal cual es, hasta que se acaba.
Todo es críptico hasta que es nuestro. Así como en algún entonces las letras, los jeroglíficos, los símbolos, todo poco a poco se desnuda cuando se lo sabe ver.


"Si no esperas lo inesperado no lo reconocerás cuando llegue."

*Heráclito

Heráclito de Éfeso (en griego: Ἡράκλειτος ὁ Ἐφέσιος Herákleitos ho Ephésios), conocido también como «El Oscuro de Éfeso»,2 fue un filósofo griego. Nació hacia el año 535 a. C. y falleció hacia el 484 a. C..

Era natural de Éfeso, ciudad de la Jonia, en la costa occidental del Asia Menor (actual Turquía). Como los demás filósofos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores.

Cieno, al fondo. Por JB Félix

04.02.2013 13:21

-¡NO!
-¡SI!
¿No es más fácil discutir que razonar?
-¡Si!
-¡No!
¿No sería más productivo frenar un momento y conscientizarnos?
-¡Si!
-¡No!
Pues, si nada es "acordable", si no cabe acuerdo real de comprención sin "cedimientos" más bien con transformación
¿Entonces, nada contiene un parámetro?
-¡No!
-¡Si!
¿O sea que no hay nada que nos equilibre?
-¡Si!
-¡No!
¿Pero entonces, este pantano, es resultante de todo y nada?
¿Lo mismo sería mezclar aserrín y agua, que cieno y cloro?
-¡NO!
-¡SI!
De este modo, ¿podríamos decir que estaremos así por siempre?
-¡No!
-¡Si!
¿Cabe todo lo real, en su justo modo, dentro de cualquier mirada?
-¡Si!
-¡No!
¿Pues entonces, alguien tiene la verdad, y alguien el error, así por concreto y completo?
-¡Si!
-¡No!
Que raro... ¿no?
El Pantano, en su fondo, no tiene sal, ni tiene pan, tiene cieno; Suelo que dificulta la pisada firme para la salida.
El pantano es una gran charca que podría detenerte en el tiempo y mantenerte inerte por una eternidad (si por suerte es solo una), o podría hundirte en un laaaaargo instante.
No depende de como lo mires, ni de como lo interpretes, sino de como lo respetes al conocerlo, como lo descubras y lo aceptes, para saber con quien tratas, para luego transformarlo, y moldearlo, y hacer tu propio escultura en lodo y arcilla.
Todo tiene un mínimo de dos puntos de vista. No obstante, ambos se acercan bajo la dificultad de la relatividad a veces implícita de cada persona, a lo que en realidad esto es. Porque claro, como dijo Fino, hay cosas que son, más allá de nosotros. Dudo que las estrellas necesiten ser vistas para existir, pero si creo que necesiten ser vistas para sobrevivir.
Mucho mundo, y micro mundo. Mundos dentro de mundos.
Cabe mucha magia en lo vivo, y en la vida,  y a todos se nos va revelando en distintos modos, la idea, no es coptar la razón, sino formarla y compartirla, de la manera más justa posible con una gramo de todos y cada uno, con la mejor parte de cada quién.

Vamos, alza el ancla y retoma el naufragio por el pantano de letras! Sigue pensando, ayudame a salir.

Solitaria Compañía - (cuento) Por JB Félix

04.02.2013 05:45

Solitaria compañía

 

 

(Un cantar del viento y la tierra)

 

 

 

 

Era en un lugar no muy lejano. Un lugar por demás agraciado...era precioso en todos sus costados, desde cualquier punto de vista, ese lugar, era prestigioso.

Allí, en ese calido lugar,  se encontraban dos almas sin cuerpo, de entre tantas, estas dos, muy particulares. Ellas vagaban en su rumbo, pero en sí, ellas ni se conocían. Eran dos curiosos desconocidos que buscaban una respuesta, ninguno tal vez conocía bien la pregunta, pero ambos querían esa respuesta.

Una de esas almas era la tierra, así la llamaban. Ella era firme, a veces brusca pero realista por sobre todas las cosas.

Por otra parte, la otra, un poco más espontánea. Lo llamaban viento. Efímero y severo, como calido y sutil.

Ellos solían cruzarse sin detener miradas. Ella por su parte, bien terca e insistente, en complicidad con el agua, salía a pasear, andaban distancias en varias partes a la vez, eran esplendidas compañeras. Incluso a veces se jugaban bromas extrañas, pero eran inseparables.

Allí también el viento se veía pasar andariego, aunque no reparaban en miradas, tan solo en sensaciones.

Él por su parte, más bien solitario, de tanto en tanto andaba entre los copos fríos y jugaba a esparcirlos. Tan siempre fríos, como la ignorancia. A veces el viento se enojaba sin preguntas ni respuesta y huracanaba sus ansias rabiosas por los bocas de los volcanes, y le descargaba a su confidente, sus males y pesares, sus pasiones abismales y su desencuentro consigo mismo.

El fuego, a quien el viento le confiaba, tomaba con tono de vitalidad sus vociferaciones, lo contenía y calmaba poco a poco, mientras pensaba como devolverle un poco de todo lo que él le daba. Entonces de tanto absorber al viento, el fuego pensó:

“Algo me dice que esto viene de una profundidad… de algo interior, como desde dentro de mi volcán.”

Luego de personificarse y sentir el oxigeno del viento, el fuego le dijo:

-“Querido amigo tal vez sea hora que al recorrer te detengas en tu andar y te fijes como te ves.”

El viento pensativo le agradeció y siguió su rumbo mientras contenía y repetía de manera elocuente lo que su consejero le había dicho. Mientras tanto seguía vagando en su costumbre y retomaba sus pensamientos y su objetivo. “Esa Respuesta”. De tanto andar este fue prestando más atención, y vio lo que tal vez causaba.

Un día el viento, rotando encontró a la lluvia, se presento muy simpática y añeja, como que traía su recorrer. Él la acompaño en camino. Ella un poco cansada demostró fatiga, y el sin dudar, le ofreció ayuda. La soplaba hacia los lados como repartiendo del cielo el mana. Mientras tanto la lluvia muy discretamente, se daba a conocer. Le hablaba de sus caminos, de todo lo que tenía que hacer para lograr caer, entre tantas cosas, le habló de la tierra, diciéndole como ésta formaba parte de su andar, así también explicándole como era necesario para la tierra de su humedad. El viento, mientras oía a la lluvia chapotear, reflexionaba sobre lo que su amigo le había dicho y dijo interrumpiéndola: “si yo la eh visto... es compañera del agua, creo cruzarlas a menudo, es que no presto mucha atención, soy medio disperso y mis rumbos varían al igual que mis experiencias y yo”. Claro que si- dijo la lluvia – pues tú también formas parte de todo esto, es que no notas que a mí, como a los que bajamos del cielo, siempre nos has de soplar, y dándonos caminos los cuales a veces nos ayudan a llegar.

Luego de un silencio la lluvia aviso:

“Estoy por llegar a destino, luego podría comentarte más, también deberías esparcir esto que te digo, hazme ese favor llévalo contigo y desparrámalo a tus cuatro lados, que ya nos volveremos a ver”.

Podría yo encantado hablarles de tu cantar a todos – contestó el viento - pero habrá quienes no me querrán escuchar, eh incluso criticarán de mi. No se así que tanto te serviría.

Pues me servirá si logras contarlo, por qué implicará que tú  también has entendido.

El viento sonrojado respondió que si, y se echó a soplar.

Así el tiempo pasaba y el viento mientras tanto comenzaba a emprender sus viajes desplegando el mensaje de la lluvia. Hasta que un día al cruzar por una montaña, la tierra se le presento. Casi al choque ambos se vieron y gritaron:

-Hey!- dijo la tierra.

-lo siento, venia pensativo –dijo él- yo soy el viento. - Y ahí comenzó todo.

El le habló de sus andanzas a modo de presentación, centralizándose en el mensaje que debía esparcir.

Ella lo escuchó atentamente y comentaba al pasar, sus opiniones. Entre tanta charla y compañía notaron que ambos buscaban cuerpos y no encontraban. Que su respuesta era tardía, su pregunta medio perdida, y no lograban hallar ninguna mirada.

Entre historias y leyendas, cruzaron sus visiones, y lograron verse. Fue entonces cuando desnudaron sus principios, convidándose de sus sueños. Comenzaron a hablarse con más que palabras, y ahí encontraron su respuesta. En el momento en que estaban así los dos, preguntándose tantas cosas nuevas, abarcando el río de las dudas donde todo fluye al momento, donde nunca se dejan arrastrar por la corriente. Pero donde más se ven pensar.

Allí con ese misterio entre sus pupilas siguieron hurgándose las fibras mas intimas, hasta quedar anonadados, cuando al unísono dijeron:

-¿Has estado aquí todo el tiempo?-

Se empezaron a comentar las coincidencias y entre tanto asimilar, terminaron sellando sus bocas, con el silencio más precioso que encontraron en ese momento… un beso.

Desde ahí comprendiendo el mensaje del fuego y la lluvia, comenzaron, en compañía, a recorrer sus rincones llevando entre sus ansias felices los mensajes de satisfacción.

Emprendieron sus viajes separándose de a ratos  y volviendo con la experiencia de su fomentar.

A veces desilusionados por las reacciones y respuestas de los demás, otras veces extasiados por las miradas que comenzaban a cruzar y la atención que le prestaban.

Fue tan feroz el eco de sus voces, que retumbo en todo el lugar, ese lugar bello, que nunca se había sabido aprovechar bien.

Ahora de a poco muchos, ya comenzaban a observarse, entre ellos, y a sí mismos, comprendiendo la simbiosis, la interdependencia de la libertad, contaminándose de respeto y valores, de principios y utopías, de ideales sin egos, de armonía y paz.

A todo esto, estos dos ejemplares de sabiduría se adquirían cada vez más, y comenzaban a comprender un poco más, y al ver que así y todo, el tiempo transcurría apurado, notaron que tal vez fue un poco tarde. Que no todo se pudo salvar.

Que igual su predisposición fue buena, que fue eficaz, pero no lo suficiente como hubieran deseado.

Viendo que ellos antes de encontrarse también se habían descuidado, que no habrían utilizado de buen modo el libre albedrío. Viéndose reflejados los unos en los otros, y entre ellos también, captaron que nada era imposible, pero que todo debería tener un tiempo, más allá de las horas.

Así la tierra viendo sus árboles envejecer junto a la vieja lluvia, el mar voraz de apetito salando todo a su pasar.

El viento observaba el fuego, y su volcán descompuesto de sus compañías a lo largo de sus pies. A los copos caerse sobre ellos mismos, encimándose bruscamente.

Las lagos secándose sedientos y agotados.

El sol y la luna cada vez más distantes a su separación.

Y el mismísimo viento volcándose en sacudones de sus nebulosas intrigas, y sus viejos instintos estrellados.

La tierra temblando por su desesperación, abriéndose por no saber a donde correr. Mientras las especies sobre ella vaciaban su absurda y espontánea voluntad, aun sin encontrarse en las miradas, tan solo en lo superfluo y vacío.

Mientras teñían al viento de humos y pestes de contaminación, solo reparaban en si mismo y a veces tan solo en lo artificial. Sin entender sus esencias, sin arriesgar de verdad su valentía.

Los dos abordados por la resignación, desesperados por no comprender, como el todo se volvía la nada. Y siendo ellos tan responsables como todos. Insistían en curar sus heridas.

En comprender el mensaje, el verdadero sentido. En desparramar esa respuesta que habían conseguido y hacer saber que a pesar de todo seguían teniéndose.

Que gracias a eso, sobrevivían un poco más, tolerando así el desconsuelo. Hablando en nombre del amor, de ese amor que habían sabido despertar, que escuchando con atención, y hablando con firmeza habían logrado conseguir.

Algo que ahora cueste lo que cueste iban a mantener hasta el fin de los días. Agradecidos de sus experiencias de sus compañías y de sus malos tragos, por haber podido degustar todo, y aprender de ello.

Así fue que anduvieron siempre desde el día que ofrecieron sus corazones a la verdad. Así, mientras los tumbos los desestabilizaban ellos seguían aguerridos a sus ideales, abrazados por sus metas soñadoras, donde no encontraban limite. Ellos seguían luchando por su armonía, en busca de su paz. También entonces encontraron que la justicia es ciega, porque no se puede ver, pero en cuanto llega se hace notar. También de ella iban a adquirir lo suficiente para luego poder ofrecerla, en interacción con todos, desde el cielo a la tierra, desde el planeta al cosmos.

Incluso desde este simple cuento que me contaron una noche, donde todo se observo reflejado desde la tierra al mar, del mar a las estrellas, de la luna hasta tus ojos y desde tus ojos a mis sueños.

Y hoy ellos mantienen mis esperanzas y mis deseos de cambiar. Mi sueño esta por despertar.

 

 

 

-Lamento no haber podidos ser un dios y dominar los tiempos y los vientos, para haber logrado un cruce mejor. Algún día tal vez ellos me escuchen y nuestro abrazo tenga un cierre mejor. Tal vez acá también sea tarde, tal vez incluso ya no quede importancia en el reloj, pero fue así como comprendí, que la hermandad y el amor, hacen las almas libres y las encomiendan a la verdad y la justicia, donde solo queda merecer.

Yo aquí te otorgo mi sueño, sabrá quién si es justo merecerlo. Quizás la luna y el sol, incluso la nieve y el mar, tal vez la lluvia y el volcán. O todas las estrellas.

Capaz el viento, la tierra y en todos su cantar.

 

 

 

[No se precisan dioses ni presiones, tan solo fe de puros corazones]

 

 

 

*La libertad es una encomienda muy expresiva y contagiosa, es de espontáneo actuar, pero impulsiva en seriedad.

Con respeto y amor por los demás esta comprende que al acompañarnos nunca la perdemos.

¡TODOS POR LA TIERRA!

Grítalo al viento, a él le gustará saberlo.

 

 

                                         

                                                                 J. B. Félix

Juan el pesimista. Por JB Félix

04.02.2013 05:37

 

Juan el pesimista.
-Publicado por alucinadoelmundo-
No sé… la verdad, no sé bien que hacer. Tal vez, incluso saber, me haga caer en el pecado de la libertad. De todos modos, todo acabara, siendo esto, el alfa del omega.
Yo, un esclavo, que atestiguo en nombre de otros, y en nombre de mis ojos. Yo que grito al leer! y me detengo nuevamente en cada palabra de la cual soy testigo y autor.
Ya sabía yo, el tiempo destinado, ya estaba próximo.
Deseos, deseos de paz y bondad… de manos de uno que aún no vino, pero es, era, y vendrá… Posará frente a sus siete velas aquel que lo coronan las espinas.
Allí, donde vienen las nubes, no hay quien no vea! El pánico hará los choques y las tribus torpes se atropellaran entre sí… por él.
El alfa y el omega… Pólvora, bala y cajón.
Allí andando llegué, a una porción pequeña de tierra, costeadas por el mar Egeo, de entre doce yo fui a una, allí andando llegué.
Casi llego a coronar… las trompetas me susurraban poderosas oraciones!
Viéndolo tomé nota… luego arrié las palabras hacia los siete vientos más fuertes. Al voltear a las trompetas, el oro casi me deja sin palabras… así y todo, logre ver, al hijo del hombre.
Sentía que de su diestra, emanaba un pez del cielo! y su lengua era de doble filo. Verlo mucho tiempo, me hubiese dejado ciego.
Me sentí muerto de temor, aunque el lo quitó con sus palabras… El alfa y el omega.
Siete fuegos alumbrando caminos oscuros, siete ángeles demorados en la carretera del cielo.
Una historia de vida echada en cara durante todas las estaciones del año…
Amenazas bruscas frente a pequeños detalles mundanos… comparaciones abismales con lo celestial.
Al que tuviera cómo, era obligado a escuchar del odio, sin un por qué, ni un para qué. Extorsiones, como dádivas por un fruto del por allá.
-¡No temas de las cosas que estás para sufrir!-
Tu fidelidad mortal, te coronará de vitalidad.
Los cuadrúpedos equinos mandados por el patrón, se llevarán consigo la productiva creación, y por entre ellos andará el inmaculado líder.
Las bestias no dejan testigos… no hay quién cuente el relato, más que los elegidos.
Las bestias pedían venganza.
Las plagas azotaban los verdes campos, el celeste cielo, y la roja sangre… las plagas quitaban lo amarillo del sol, lo blanco de las nubes… todo lo teñían de un negro color dolor.
Yo, era testigo de la hazaña, y de la saña. Me vi ahí, como un pobre mortal comiendo promesas del cielo. Siendo yo un condenado más, también fui verdugo. viendo que todo se terminaba, quería yo también terminar. Los egos codiciosos de todos modos nos iban a matar, de una u otra forma, lo iban a lograr. El terrorismo de almas y fe aplicado, ya casi nos tenía vacíos de esperanza… Meditándolo entonces, caí en no escuchar los ruidos de mi panza, tome una lanza, y me puse a cabalgar…
Enfrentándome a mi mismo, comprendiendo el plan de su majestad, me di cuenta, que al pedir la cuenta, nosotros lo íbamos a pagar… era claro. Nos estábamos matando, y el venía a culminar.
El alfa y el omega, allí trabaje yo, sueldo bajo, muchas promesas… leyes de los cielos, pero aquí en la tierra. Yo cumplí el deber, salí a formar parte de esa caótica cura. La destrucción.
Juan, el nuevo pesimista.

La vacuidad del todo - por JB Félix

04.02.2013 04:58

 

La vacuidad del todo

Llegado el momento, en el aire se percibirán las cosas más reales de necesidad y exceso. Y entre éstas, deberán dirimirse en una batalla natural. “La Equidad”.
En ella se verán la Vacuidad y el Todo peleando por sí mismos, para ambos seguir vivos inexorablemente, siendo conocientes de su dependencia.
Allí, en el aire, se podrán saborear las cosas necesarias y excedentes, ambas en el aire, juntas pero separadas, como decantando cada una la gota de su entrañable rocío.Y debajo, todos aquellos los necesitados y "los necesitadores", ambos juntos pero separados, allí también estarán compartiendo el Todo y la Vacuidad, debajo del rocío del aire de las cosas realmente necesarias y excedentes. Ellos, los necesitados y los necesitadores, también recaerán en la batalla.
Solo la naturaleza será capaz de reconocerse así misma, incluso hasta en la ignorancia, pero solo ella en sus modos más abstractos… Nada que nos competa actualmente.
Nuestra concreción “presentísta” que nos hace vivir cada vez más egoístamente, genera todos estos excesos y todas estas necesidades…
Pero llegado el momento, hasta el mismo aire que respiramos tomará cartas en el asunto y hará que La Equidad llegue.

Pero como se podría esperar, tal vez llegue sin racionalidad, cosa que quizá, haga los métodos injustamente equitativos, aunque suene contradictorio.

Se podría entender como: -hacer el equilibrio sin distinciones menores- sino, más bien “crudas” o “brutas”, sin mero cuartel ni reparo; no obstante, terminada La Equidad, el hábitat será justo y predominará un equilibrio en el cuál, no quedarán excesos ni habrá necesidades. , y el aire puro al fin podrá respirarse.



                                      



                                         Maximiliano José Félix

¿y vos qué pensas?

04.02.2013 04:39

 

¿Sabes lo que estoy pensando? Que en estos tiempos de un presente tan fugaz, se nos olvida ahondar en los conceptos necesariamente profundos, que deberían forjar de manera equitativa las bases de respeto y hermandad con la cual tendríamos que construir los cimientos para las nuevas empresas por el mundo. Tomando un poco más que la psicología del “YO” y entrar en una consciencia del “NOSOTROS” como un todo, al cual procurarle lo mejor de lo que somos. Sin la tramposa presión del tiempo, y bajo ningún tipo de miradas, el relativismo ha pasado de ser un sofisma, a algo que nos escuda y nos apaña de nuestras propias estupideces. Dejándonos cuasi sin cargo alguno de responsabilidad frente al otro, de manera tal que para todo sirve un “Yo, soy así” sin más ánimos de dejar explícito lo que esta frase contiene, aun cuando sabemos que el ceno de la misma está tan vacío como nuestro cerebro al utilizarla. Pienso que la auto-reclusión, con la cual nos cobijamos detrás de nuestro sedentarismo, hace que cada día perdamos un poco más del tesoro más preciado. LA COMUNICACIÓN.
Entonces ahora, pregunto. Vos! ¿Qué, estás pensando?

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